Cuando no lo elegiste, pero igual te toca

Cuando el cambio no es una elección, sino una consecuencia... el proceso es distinto.Acá comparto algunas ideas por si te toca transitarlo o quieres acompañar a alguien que si le toca.

Cuando le pasa a otros, uno lo entiende. Pero cuando le toca a uno, es distinto.

No importa cuántas veces lo viste de cerca: ahora sos vos el que tiene que accionar.

Y ahí aparece la pregunta que no tiene manual: ¿por dónde se empieza?

En las últimas semanas compartí tres textos que, aunque diferentes entre sí, giran en torno a un mismo eje: la transformación profesional vista desde adentro.

  • En “¿Para qué sos bueno?… y si ya no estás usando tus talentos?”, hablo de esa incomodidad sutil —a veces casi imperceptible— que nos empieza a rondar cuando seguimos en un lugar por inercia. La invitación es a frenar, observarse y reconectar con los talentos reales que muchas veces dejamos de usar por adaptación al sistema.

  • En “Lo viejo funciona. Hasta que deja de funcionar”, exploro el lugar de la experiencia en un mundo cada vez más exigente, cambiante y tecnológicamente avanzado. Planteo que lo que nos sostuvo hasta acá puede no alcanzarnos para lo que viene, y que la clave está en combinar experiencia con autoconciencia y propósito.

  • Y en “El sistema cambió. Lo raro es no transformarse”, pongo el foco en el nuevo contexto laboral: más autónomo, flexible y fragmentado. Un entorno donde sostener lo viejo solo “porque paga las cuentas” puede ser señal de que estamos en modo supervivencia.

Esta publicación guarda relación con las anteriores, pero propone mirar el proceso desde otro ángulo.

Porque una cosa es transformarse por decisión propia.

Y otra muy distinta es tener que transformarse porque te quedaste afuera.

Sin aviso (sorpresa y no tan sorpresa).

Sin margen (el backup puede no ser el ideal).

Sin quererlo (al menos, no ahora).

Transformación profesional obligatoria

Puede venir con un recorte.

Con una fusión.

Con un “gracias por todo”.

Y aunque uno lo intuía, cuando llega… igual duele.

No solo por lo que se pierde.

Sino por la sensación profunda de haber sido excluido de algo que supiste sostener durante años.

No es solo que se terminó un trabajo.

Es que el sistema

decidió seguir sin vos.

Y cuando eso pasa, es fácil que se mezcle todo:

el miedo, el enojo, la incertidumbre, la bronca, la confusión.

Y lo que más se necesita… es ordenar el mapa emocional y mental antes de salir a buscar qué sigue.

🎭 Primeras reacciones esperables

(Y todas son válidas)

  • Sientes alivio, pero también vergüenza.

  • Dudas de tu valor, incluso con años de experiencia.

  • Te comparas con quienes siguen adentro.

  • Finges que no pasó nada, cuando por dentro estás desarmado.

  • Quieres salir a hacer algo ya, solo para no quedarte congelado.

  • Te da pudor presentarte sin un título, sin una tarjeta, sin una “función clara”.

  • Aparece culpa por no estar “produciendo”.

  • Sentís que no sabes explicarle a nadie en qué etapa estás… porque no lo tienes claro.

Esto no es debilidad.

Es proceso.

 Acciones no recomendables

(No porque estén mal… sino porque no ayudan)

  • Publicar en caliente para dejar tu versión de los hechos.

  • Decirte cosas que pueden no ser ciertas.

  • Llamar a todos tus contactos desde el enojo o la urgencia. No quemes puentes que después vas a querer cruzar.

  • Tomar decisiones impulsivas solo para sentir que avanzas.

  • Forzar una narrativa heroica cuando todavía no te acomodaste internamente.

  • Actuar como si no te importara, cuando en realidad te dolió.

 Acciones que podrían servir

(No resuelven todo, pero te devuelven dirección)

  • Tener un pitch inicial que te defina, aunque no sea el definitivo.

  • Hacer un inventario honesto: ¿qué sabes hacer que sigue teniendo valor hoy, incluso sin cargo?

  • Identificar lo que no quieres seguir sosteniendo en tu próxima etapa.

  • Recuperar vínculos de confianza, sin pedir nada todavía.

  • Escribir. Ordenar. Nombrar lo que sentís, aunque sea solo para vos.

  • Hacer algo pequeño, sin expectativas, solo para mover la energía.

📌 Situaciones que podrían darse

(Y que nadie te explica hasta que las vivís)

  • Personas que antes te atendían sin falta… ahora no responden tan rápido.

  • Tus necesidades de respuesta no coinciden con los tiempos del resto.

  • Sientes que tienes que justificar qué estás haciendo cada día, incluso si no se lo cuentas a nadie.

  • Pretendes llenar tus días como si “reinventarte” fuera un trabajo de 9 a 18.

  • Empiezas a hacer trámites postergados durante años: desde cambiar el domicilio hasta ordenar tu situación tributaria.

  • Te ofrecen ayuda con frases bienintencionadas, pero que no sirven (“Ya va a aparecer algo”, “Aprovecha para descansar”).

  • Surgen propuestas que no te convencen, pero igual evalúas por necesidad.

  • Te encuentras revisando tus redes con más ansiedad que antes.

Todo esto no es señal de que estés fallando.

Es señal de que

estás transitando

🔄 Repensar tu rol: el modelo de Kiyosaki

En Padre Rico, Padre Pobre, Robert Kiyosaki plantea que hay cuatro formas de pararse frente al sistema económico:

  1. Empleado (E): trabajas dentro de un sistema que no controlás.

  2. Autoempleado (A): trabajas para vos, pero seguís cambiando tiempo por dinero.

  3. Dueño (D): creas un sistema que puede funcionar sin vos.

  4. Inversionista (I): haces que tu capital trabaje por vos.

Cuando el sistema te deja afuera, es duro.

Pero también puede ser la primera vez que te preguntas en serio:

¿Desde qué lugar quiero volver a entrar?

No todos quieren emprender.

No todos pueden invertir.

Pero todos podemos revisar si la forma en que veníamos trabajando era la única posible.

🎒 Outplacement por cuenta propia

No todas las desvinculaciones vienen con programas de acompañamiento.

Y aun cuando los hay, no siempre llegan con el timing emocional adecuado.

Pero eso no significa que no puedas hacer tu propio proceso.

Con honestidad.

Con intención.

Y con el ritmo que necesites.

Este artículo no tiene la solución.

Tampoco pretende darte un camino.

Solo intenta ofrecerte algunas primeras pistas.

Pequeñas señales para que, si estás transitando este momento, no tengas que empezar desde la nada.

Porque no estás empezando de cero.

Estás empezando desde otro lugar.

Y ese lugar, aunque hoy se sienta frágil,

puede darte más libertad de la que imaginás.

🧭 Cierre

Este texto no pretende ser un manual.

Tampoco una historia de superación.

Es apenas una invitación a no quedarte congelado en el golpe.

A transformar la incomodidad en impulso.

Cada camino es único.

Cada salida, personal.

Pero incluso cuando el sistema te dice que ya no sos necesario…

hay algo tuyo que sigue teniendo valor.

Aunque todavía no sepas dónde ubicarlo.

🧩 Si estás atravesando algo parecido, o conoces a alguien que sí, quizás este texto le sirva como punto de partida.

Lo puedes guardar, reenviar o comentar.

Y si quieres sumar tu experiencia, el espacio queda abierto.