- Germán Cerrato
- Posts
- De la cima al limbo: la transición que pocos anticipan
De la cima al limbo: la transición que pocos anticipan
"Cuando la cima deja de ser segura, el limbo es inevitable. La pregunta es: ¿qué harás cuando llegue el momento?"Este artículo explora lo que sucede cuando, después de años de éxito y estabilidad en el mundo corporativo, un profesional se encuentra de repente sin un rumbo claro.🔹 No se trata solo de perder un trabajo, sino de perder la certeza de quién eres sin él. 🔹 La ilusión de la estabilidad y el choque con una nueva realidad. 🔹 Cómo redefinir tu valor fuera del mundo corporativo. 🔹 La necesidad de cuestionarse y rediseñar la carrera antes de que el golpe llegue.📌 Si hoy tu carrera se detuviera, ¿sabrías hacia dónde moverte? 🚀
Tienes más de 25 años de experiencia. Has liderado equipos, manejado presupuestos millonarios, resuelto crisis empresariales y trabajado más horas de las que recuerdas.
Y ahora, en tu mejor momento profesional, el mercado te responde con un: “Gracias por participar, pero estamos buscando alguien más joven, más digital y que cobre la mitad.”
No importa qué tan alto hayas llegado ni cuán bien hayas hecho las cosas. Si aún no te echaron, lo harán. Y si logras reemplearte, en dos o tres años volverás a estar en la misma situación, solo que cada vez más tarde para reaccionar.
¿Reemplearse? Puede ser una opción. O puede ser solo patear la pelota al córner, pan para hoy y hambre para mañana.
Si la incertidumbre te revuelve el estómago, vuelve a emplearte. Y suerte si lo logras.
Pero si siempre tuviste la inquietud de hacer algo por tu cuenta, vale la pena incomodarse e intentarlo.
El Problema Real: Incertidumbre y Falta de un Nuevo Norte
Salir del mundo corporativo es como soltar el volante sin saber si hay camino por delante. Durante años, alguien más definió las reglas del juego: objetivos, estructura, planificación. Ahora, no hay nada de eso. La incertidumbre es la norma.
¿Cómo transitar este cambio sin perder el rumbo?
No es solo una cuestión de habilidades o experiencia. Lo que verdaderamente hace difícil esta transición es la mentalidad.
El gran problema no es que el mercado cambió. El gran problema es que no nos enseñaron a vivir sin un sistema que nos sostenga.
La Clave Está en Cómo Piensas, No en lo que Sabes
Si algo define cómo será esta transición es la mentalidad.
Joe Dispenza habla sobre cómo nuestra identidad se construye en base a patrones repetitivos. Y aquí es donde muchos quedan atrapados. Queremos cambiar, pero la mente activa todas sus alarmas y busca volver a lo familiar. En el mundo corporativo, la validación venía del sistema. Fuera de él, nadie valida nada.
Hay que entenderlo bien: no somos víctimas, sino protagonistas. Todo lo que nos sucede hoy es el resultado de lo que creamos en tiempo pasado.
La pregunta es: ¿vamos a seguir creando la misma historia o vamos a cambiar el guion?
Lo Primero: Calcular la Autonomía
No se trata de tomar decisiones impulsivas, sino de tomar el control real de la situación.
Antes de decidir qué hacer, hay que entender cuánto tiempo de autonomía tenemos.
¿Cuánto dinero necesito al año para cubrir lo básico?
¿Cuánto tiempo puedo sostenerme sin generar ingresos?
¿Puedo darme el margen para una transición o necesito generar dinero ya?
El número cambia todo. Si hay autonomía, hay margen para explorar. Si no la hay, la estrategia debe ser diferente.
Identificar qué Puedes Hacer
Y aquí viene otro gran desafío: qué hacer.
Sabemos que somos buenos en lo que hacemos, pero ¿cómo convertir eso en algo propio?
¿Existe demanda para lo que sé hacer fuera del mundo corporativo?
¿Cómo convertir mi conocimiento en una fuente de ingresos?
¿Hay empresas que pagarían por mi experiencia en otro formato?
La trampa está en creer que la solución es evidente. Pero lo que en una organización tenía un valor claro, fuera de ella necesita una reformulación.
Conclusión: No Se Trata de Hacer Más de lo Mismo
La transición no es solo un cambio de ocupación. Es un ajuste mental.
Si queremos resultados distintos, hay que pensar distinto.
No importa si el próximo paso es un nuevo puesto, una consultoría o un negocio propio. Lo que marcará la diferencia no es el camino que elijas, sino la mentalidad con la que lo transites.
Si estás en esta transición, ¿qué es lo que más te cuesta? Me interesa leer tu experiencia en los comentarios.