¿Estás incómodo? Acciona.

¿Estás incómodo? Quizá sea el momento de tu mejor decisión.Tu condición actual no te determina. Que no puedas cambiar tus condiciones hoy no significa que no puedas hacerlo más adelante. Mis mejores decisiones nacieron en momentos de incomodidad estructural, cuando peor la estaba pasando.

Tu condición actual no te determina.

Que no puedas cambiar tus condiciones hoy no significa que no puedas hacerlo más adelante. El entorno o las circunstancias actuales nos condicionan, sin duda. Pero la pregunta es: ¿qué hacemos con eso? Si no hacemos nada, lo más probable es que las circunstancias existentes se mantengan… especialmente aquellas que nos incomodan.

La mayoría de mis mejores decisiones las tomé en momentos de incomodidad estructural (cuando la estaba pasando mal). Creo que la incomodidad es un gran disparador.

Como todo, los cambios requieren preparación. Pero todo empieza con la decisión. Adaptarse a un nuevo puesto después de cambiar de trabajo puede llevar de 3 a 6 meses; cambiar la mentalidad, de 3 a 4 años; un cambio radical de vida, quizá 10 años. Pero si no empiezas, nunca pasa. La decisión está —y siempre ha estado— en uno.

Uno no se levanta por la mañana, se toma un café y decide cambiar de país ese mismo día. Primero surge una idea, luego uno evalúa recursos y capacidades, se prepara, trabaja para generar condiciones… hasta que lo logra. Si alguien tiene la suerte de hacerlo rápido, perfecto; pero lo más común es que lleve tiempo. Mi primer cambio de país me tomó 8 años, el segundo 5 y el tercero menos de 1. Tengo claro que nada es mágico ni instantáneo.

Mientras tanto, podemos cambiar lo que tenemos a nuestro alcance: desde la predisposición mental y anímica hasta lo doméstico y laboral. Si estoy en un área laboral que no me gusta, puedo empezar a prepararme para pasar a otra. Si no me gusta mi empresa, puedo buscar otra. Si no me gusta mi barrio, puedo planear mudarme. Si las oportunidades no las veo en mi país, puedo trazar un plan para cambiarlo. Si repasas tu propia historia, seguramente ya realizaste estos cambios antes. Entonces, ¿qué te detuvo?

El entorno nos condiciona. Conocemos esa teoría, pero ¿por qué es importante entenderla? Porque nacemos en un entorno que no elegimos: idioma, cultura, padres, sociedad. Como explica Fredy Kofman en Metamanagement, esos elementos moldean nuestros paradigmas, los lentes con los que interpretamos la realidad. La realidad es una, pero cada persona la vive de manera distinta según su prisma.

Aunque hoy esto parece casi obvio, vale la pena repasarlo: muchas veces actuamos sin darnos cuenta de cuánto nos condicionan esos lentes.

Aquí es donde sumo las ideas de Joe Dispenza: frente a esa programación, podemos elegir ser protagonistas y no víctimas. Podemos observar nuestros filtros, reconocerlos y decidir conscientemente si queremos seguir igual… o cambiar.

Porque al final, lo importante no es dónde estás hoy, sino reconocer si eso te hace bien. Tal vez no puedas cambiarlo todo ahora. Tal vez no tengas todas las respuestas.

Pero sí puedes empezar a observar, a cuestionar, a prepararte. Y cuando llegue el momento, dar ese primer paso. El que sea. A tu manera. En tu tiempo.