• Germán Cerrato
  • Posts
  • Ser antes que hacer: los resultados que pretendes puede que no lleguen solo haciendo

Ser antes que hacer: los resultados que pretendes puede que no lleguen solo haciendo

Muchos piensan que primero necesitan tener algo para poder hacer y recién ahí ser quienes quieren. Pero el orden real es al revés: primero debes ser, luego hacer y finalmente tener. El cambio verdadero empieza por la identidad, no por los resultados.

“La paradoja es que para conseguir un resultado, es necesario primero comportarse de manera tal de producir ese resultado, y para comportarse de tal manera, es necesario primero ser el tipo de persona capaz de comportarse así.” — Fredy Kofman

SER → HACER → TENER. (Fórmula básica del coaching)

Un ejemplo rápido: Imagínate que llevas 20 años trabajando en la misma empresa, cobrando tu sueldo cada mes, con bonos, vacaciones y aguinaldo. Y de pronto, a partir del mes que viene, el proyecto de tu vida solo puede arrancar si invertís todo lo que tienes ahorrado. No es solo esfuerzo, ni horas de trabajo: es tu colchón financiero entero en juego. ¿Cómo cambiaría tu forma de pensar, actuar, decidir?

No digo que no se pueda lograr, pero primero tiene que haber una transformación en uno mismo para poder hacer las cosas de otra manera; requiere preparación.

Mi brújula personal

Esta fórmula del Coaching no la tenía tan clara en su momento. La descubrí después, al mirar hacia atrás: entendí que los logros más significativos que alcancé —en mi vida militar, corporativa, como emprendedor, como líder de equipos, como creador de proyectos— no vinieron únicamente de hacer más ni de planificar mejor, sino de convertirme en otra persona (literalmente). No cambié mi esencia, pero sí mi mentalidad (varias veces).

Ahora, ¿cómo supe hacia dónde transformar mi ser? Siempre partí de una visión interna. No hablo de un objetivo concreto ni de un plan detallado, sino de algo más profundo: preguntas que pueden parecer trilladas, pero que me siguen siendo útiles y vigentes:

¿Quién quiero ser en diez años? ¿Cómo me veo en ese futuro? ¿Viviendo cómo? ¿haciendo qué?

Esa visión funciona como norte. Me ayuda a priorizar qué cambios valen la pena y me recuerda por qué hago sacrificios que tal vez no rinden frutos inmediatos.

Qué tiempo demandará el cambio?

Cambiar el SER lleva tiempo. De lo que me permito contar, mis procesos de transformación no fueron instantáneos. No por falta de intención, sino porque transformarse profundamente —cambiar la forma en que uno piensa, actúa, elige y siente— es un proceso sostenido, incómodo, desafiante. Según mis creencias y experiencias:

  • Cambiar de trabajo (y solo eso) lleva un período de ajuste cercano a los seis meses.

  • Cambiar de paradigmas puede implicar un proceso de entre tres y cuatro años.

📌 Un ejemplo laboral real

Años atrás, lideré el aterrizaje de una nueva unidad de negocios en otro país. La empresa para la que trabajaba, con una cultura propia muy potente, había adquirido a otra empresa para expandirse, y me tocó armar casi todo el equipo desde cero. Logramos consolidar un equipo cercano y de alto desempeño, pero surgió una vacante gerencial clave. Uno de los ejecutivos expresó su interés.

Mi respuesta fue directa:

“Valoro mucho tus competencias, pero todavía no identifico que camines, pienses y hables como gerente para poder considerarte para esa posición.”

Aunque deseaba el rol, su ser aún no estaba alineado con lo que el puesto requería.

Este mismo criterio lo apliqué conmigo mismo más de una vez. La más notoria: cuando me interesó llegar a CEO. Con anticipación —y a riesgo de mi tiempo y esfuerzo adicional— empecé a involucrarme en problemas de ese nivel, a pensar, caminar y vestirme como alguien en ese nivel. Cuando la empresa necesitó hacer una transición, yo ya estaba en radar.

🔑 Para cerrar

 ☑️ Primero transformas quién eres.

 ☑️ Después, inevitablemente, transformas lo que haces.

 ☑️ Y solo entonces, comienzas a ver resultados que realmente perduran.