Éxito visible vs Éxito con sentido

No es lo mismo el éxito por el aplauso que el que nos mejora internamente.En este artículo comparto cómo fui resignificando el éxito con el tiempo.Y qué criterios uso hoy para perseguir mis éxitos.

Durante muchos años le di al éxito el significado de llegar.

Llegar a una posición. A un número. A un resultado.

Todos válidos, por supuesto.

Y, de hecho, llegué. Varias veces.

Pero no siempre se sintió como éxito.

O, al menos, no como ese éxito profundo y duradero que uno espera sentir cuando alcanza algo importante.

Con el tiempo empecé a darle otro significado. A valorarlo de otra manera.

Porque entendí que el éxito no es solo externo, sino también interno.

No depende de lo que el mundo aplaude, sino de lo que tiene valor para mí.

Éxito externo y éxito interno

Hay logros que se celebran hacia afuera:

El bono. El ascenso. La venta. El reconocimiento público. La foto del evento.

Todo eso existe, y está bien. Reconozco su valor.

Pero también entendí el riesgo: cuando vivimos solo en función de esos logros visibles, entramos en una trampa sutil.

La trampa del aplauso.

Del refuerzo externo como única validación.

Al lado de esos logros, existen otros más silenciosos, más personales:

  • Sentirse en libertad.

  • Empujar un proyecto propio.

  • Sostener decisiones incómodas por coherencia.

  • Elegir estar presente, cuidar la energía, priorizar el descanso.

  • Lo que sea importante para uno.

Logros que quizás nadie ve, pero que devuelven algo más valioso: libertad.

Libertad para elegir, para ser, para actuar con sentido.

Éxito, placer y felicidad

En una entrevista en La Cruda (ver en YouTube, minuto 11:10), el biólogo molecular Estanislao Bachrach dijo algo que me pareció interesante:

“El placer es tener. La felicidad es dar.”

Y agregó que el placer es inmediato, pero efímero.

La felicidad, en cambio, es más profunda. Más sostenida.

Eso me hizo pensar en el éxito desde otro lugar.

El placer suele estar asociado al logro visible, al trofeo, al reconocimiento rápido.

La felicidad, en cambio, se construye con vínculos, con propósito, con sentido.

Y lo mismo pasa con el éxito.

Hay éxitos que nos dan placer.

Y hay otros, más escasos pero mucho más valiosos, que nos dan felicidad.

🛠️ Algunas ideas prácticas que guían mi propio éxito

  • Visualizar lo que quiero lograr

    Me ayuda a ponerle dirección a mis acciones, a sostenerme cuando todo se vuelve rutina y a tomar mejores decisiones cuando aparecen nuevas oportunidades.

  • Agradecer lo que ya estaba bien

    Festejar lo logrado me recuerda que sí puedo, incluso en los momentos en que las cosas no salen como espero.

  • Elegir un valor como brújula

    Es mi “para qué” detrás de cada meta.

    Coherencia, libertad, impacto, calma… A veces una sola palabra basta para no desviarme.

  • Incorporar a los que me rodean

    Son quienes me apoyan, me refuerzan y me alientan.

    No creo haber logrado nada solo.

  • No compararme con el éxito ajeno

    Compararse con un éxito que no tiene valor real para uno mismo es una forma silenciosa de perder energía.

    El éxito de otro no dice nada sobre mí.

🎯¿Y para vos? ¿Qué es el éxito hoy? ¿Cambió con el tiempo?

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